El estreno de la obra "De la Alhambra a la Zambra" por la compañía Zaar: 6 bailarinas de Granada acompañadas por un músico a la guitarra, una laudísta a modo de intermezzo y una bailaora de flamenco como bailarina invitada. Una nota de color la añadió un "jovencito" muy gracioso que en su breve aparición se metió al público en el bolsillo.
Una grata sorpresa ver un espectáculo de danza oriental en una programación oficial.El 99% de los espectáclos de esta danza suelen ser autoproducidos por las propias bailarinas, sean finales de curso o espectáculos propiamente dichos. Están realizados "a pulmón": la bailarina alquila la sala, pone la publicidad, paga a lo técnicos, vende las entradas...menos limpiar los lavabos hace de todo ;-)....vamos, lo que es la precariedad en el mundo de la danza con todas sus consecuencias.
Centrándome en el espectáculo diré que me sorprendió una puesta en escena muy cuidada, vestuario colorista pero austero y buen trabajo de grupo.
La compañía Zaar no recurrió al ya conocido show a lo Bellydance Superstars, no fué para nada un "déjà vu", haciendo incluso varias propuestas arriesgadas.
Algunos desaguisados técnicos propios del directo (fundida de varios focos y sonido deficiente)no aplacaron el entusiasmo del público que abarrotaba la sala.
Esperemos que apesar de las dificultadaes, compañías como esta puedan seguir trabajando y progresando en este arte tan efímero como es la danza.
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