Realmente fue un ambiente de paz y concordia entre los asistentes, disfrutamos de todo, desde las comidas típicas que nos preparaban a los paseos y veladas juntos.
El organizador, Issa, hizo un trabajo estupendo tanto de coordinación del festival como a nivel de querer mostrar lo mejor de su país.
Desde luego hay una gran diferencia de viajar a una zona turística, en la que a menudo se ve al extranjero como "un monedero con patas" a viajar a un lugar como Taza, compartiendo experiencias con sus habitantes.
Espero volver pronto a Marruecos, a seguir disfrutando de su arte y su gente!
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